Preocupación por los datos de paro en industria que firmó un 22% menos contratos que en 2019

Los datos del paro muestran “una realidad preocupante en un momento en el que Cantabria más necesita de su sector servicios en el corto plazo y del sector industrial como motor de crecimiento a medio y largo plazo”
El Presidente de CEOE-CEPYME señala que “si las cifras suponen el inicio de la recuperación, es una recuperación muy tímida”
De los 11000 contratos menos que el año anterior que se han firmado en junio, 746 corresponden a industria (-22%) y 10.409 a servicios (-49%). Esto supone que, de los dos sectores con más peso en la economía cántabra, uno no ha remontado y el segundo lo ha hecho muy por debajo de sus posiblidades.
Para el Presidente de CEOE-CEPYME Cantabria, Enrique Conde, en cualquier caso, esto dibuja una realidad preocupante en un momento en el que Cantabria más necesita de su sector servicios en el corto plazo y del sector industrial como motor de crecimiento a medio y largo plazo.
Para Conde, “si estos datos suponen el inicio de la recuperación, es una recuperación muy tímida” que “nos deja con 9.250 personas paradas más sobre el mismo mes del año anterior”, una subida del desempleo interanual del 27,75%.
A su juicio, si bien algunos datos son positivos como el descenso del paro en construcción (-7,86%) y en servicios (-3,62%), en general se trata de bajadas inferiores a las registradas en el mismo mes del año anterior cuando, partiendo de una situación con muchas menos personas en paro, el paro registrado bajó un 5,62% impulsado por descenso en todos los sectores.
Conde ha recordado que “actuar sobre el sector industrial es clave porque representa en Cantabria un 19,6% del PIB y sostiene treinta y tres mil setecientos empleos y es además la bandera de la economía capaz de ofrecer mejores condiciones salariales y de carrera profesional”. 
Por eso, ha explicado, “desde CEOE-CEPYME Cantabria y CEOE nacional estamos trabajando sobre las desventajas que lastran la competitividad de la industria en Cantabria como el desfase del costo de la energía respecto a los mercados extracomunitarios y respecto de los países de la propia Unión Europea; la exigencia de condiciones para medioambientales que no se exigen a los productos que genera la competencia extracomunitaria y la falta de coordinación administración central y Comunidades Autónomas frente a las ayudas europeas.